HANNAH NYDAHL, "La travesía Inédita Del Budismo"

Miércoles, Abril 27, 2016

Hace mucho tiempo que no escribo reseñas para IMDb films, tampoco es de mi interés hacer una sinopsis o mostrar un extracto de dicha película aquí. Primero porque es un documental histórico, por lo cual, la vida de la protagonista y su campo de acción ha sido largamente expuesto en diferentes espacios, e incluso, buena parte de su historia, contada por ella misma mientras establecía los vínculos del budismo en y con Occidente.

Estas palabras están escritas para aquellos de ustedes que conocieron a Hannah, que tuvieron una relación con ella y que obtuvieron el “click” de la naturaleza de la mente a través de ella, y para aquellos que no la conocieron, pero que han oído hablar de su campo de acción, es mi deseo ofrecerles una visión cercana de Hannah, de lo que se puede lograr a través de la intención Pura del Corazón, sin reveses y sin necesidad de predios oscuros, corruptos por un sistema nacido de ello, un esquema que se forja a partir de tres y pocas fuerzas más hasta hacer congruente una cantidad considerable y creciente de seguidores. Hannah, no estaba enmarcada en esquemas morales restrictivos, sino anclada a valores, pero esto queda absolutamente “subrogado” a la querencia y la interpretación, al subjetivismo del lector y a investigaciones que realice de fuentes subsecuentes antes de contraer un tipo de obligación contractual con alguna de las posiciones activas en dicha sociedad de compromiso. Por lo que, aclarado eso, me remito a forjar un reconocimiento a su esencia. Es un tributo a su esfuerzo y a su templanza, por lo cual, estará basado en mi “percepción” personal a través del contacto/visión producido entre ambas.

Martes 26/04/2016
Locación: Trasnocho Cultural
Premier en Venezuela: Hannah - la travesía inédita del Budismo-

Habiendo tenido la oportunidad de ver la premier, presentada por Tomek Lehnert estudiante de Lama Ole y fundador de muchos Centro alrededor del mundo con ambos, y, también, acompañado de la mano de Dilia Navarro –Fundadora y sostenedora, en Venezuela, del Camino del Diamante-, quienes le agregaron al evento un espacio “post-film” de preguntas y respuestas, en donde, Tomek, una vez más, recreó aconteceres inverosímiles con Hannah y Ole, agregándole a la premier un sabor a “hogar”, se hace eco de lo siguiente:

Hannah, dentro del Camino del Diamante, se convirtió en una leyenda. Una leyenda, no sólo por la constitucionalidad, estructura, estabilidad, y direccionamiento que supo, primero mostrar, y luego atornillar en los Centros de Meditación que abrieron, al principio en Europa y luego, en Sudamérica, luego, de vuelta en Europa, y así alrededor del mundo, sino también porque ella poseía una carácter de doble naturaleza, era una mujer fuerte y templada, pero a su vez, cercana, tolerante y con un toque de dulzura producto de su esencia de loto emergente y continuo. Se aproximó al budismo porque estaba buscando respuestas acerca de la naturaleza de la mente y de la existencia que no había conseguido de ninguna forma en Occidente. Particularmente estas respuestas, a ella, se las regaló el Budismo. Su interacción desde el principio con Nepal le regaló el primer destello de luz que barría con el oscurantismo de su búsqueda. La interrelación con el decimosexto Karmapa y con las enseñanzas budistas le otorgaron el valor, la claridad y la determinación para saber lo que quería hacer el resto de su vida y cómo. Poseía una visión inherente a su naturaleza femenina y un poder de actividad masculino que le permitió expandirse y esparcir semillas de conocimiento y néctar espiritual alrededor del mundo.
Convergió con Lama Ole –su esposo- en todos y cada uno de los punto primordiales de vida. Se dice que eran una pareja conectada a través de muchas vidas, reconectadas en muchos niveles, que se encontraron entre la incipiente sabiduría que comenzaban a visualizar y la fuerza para manifestarla juntos. Desde el comienzo de su relación, lejos del budismo, ellos habían entendido, se habían reconocido; sabían que tenían un propósito. Juntos. Y sin. En el medio.
Ole y Hannah vinieron por primera vez a Venezuela en 1989. Yo, los conocí en 1991, y aunque había recorrido muchas sendas en India, esta mezcla de “rock stars” que sobresalía de ellos mezclada con el humor “serio” del Budismo, me pareció un asombroso avance para el desarrollo del budismo en Occidente. La experiencia con Hannah a través de los sucesivos encuentros anuales se remontaron a la sencillez del contacto de su experiencia personal con Nepal, a las tradiciones, anécdotas, algunas enseñanzas y claves, pero sobre todo a experimentar cómo desdoblaba su marco mental desdibujándoles lo del paraíso terrenal a algunos, acercándolos a entender el espacio ilimitado de la mente y hacia dónde podían caminar ahora.
Las enseñanzas budistas, en esencia, son complejas y muy estructuradas, desenmarañar el objeto, el objetivo y el sujeto, para luego, integrarlos como un todo a ese “vacío inherente” de existencia propia, individual, hacer confluencia con la interdependencia de la relatividad de este espacio-tiempo, haciéndolo comprender como subproducto de un Absoluto, no es tarea fácil. Sin embargo, Hannah encontró su propio lenguaje para contestar las interrogantes de los estudiantes que se interesaban en el budismo como filosofía de vida o como práctica espiritual. Nunca estaba cansada, nunca se quejaba de ninguna molestia, y siempre tenía tiempo para todos, así fueran las dos, las tres de la mañana, para comenzar luego, nuevas jornadas de meditación, preguntas y demás –este demás que debía efectuar es referente al cuidado de Lama Ole, a funcionar como el engranaje de otras muchas piezas, de esas partes más pequeñas, que a su vez, deberían mantenerse engranadas para que el sistema no colapsara. Bien, así lo hizo. Lo dejo engranado. Todo.

Hablarles del documental es agua de botija, primero, porque la experiencia, las sensaciones del espectador con respecto a lo precisado, a la luz de Nepal, a su historia, a sus interrogantes, a su deseo de otorgarles a otros es vivido desde ángulos diversos, segundo, porque contemplar a Hannah en acción, allí, a través de extractos recogidos en algunos videos experienciales, y volver a presenciar el carisma de su son, es absolutamente unipersonal, por eso, para aquellos que rememoran la acción de Hannah y/o para aquellos que están ampliamente interesados en entender un poco la ruta del budismo ésta es realmente una representación que valdría valorar el ver dicha producción.

Como pieza cinematográfica, biográfica e histórica resulta interesante porque para aquellos que no saben podrán conocer la posición determinante y centrada que tuvo Hannah para direccionar el linaje en los tiempos que corrieron posteriores a la muerte del decimosexto Karmapa y donde surge la escisión de valores y opiniones, y las fuerzas se dividen. Es interesante que el documental como ruta iniciática de dicha escuela hacia Occidente se muestre como un ente viviente, vulnerable a; pero fortalecido para, y además, que ello venga relatado, no por terceros, básicamente, sino por buena parte de los responsables de su cimiento y diseminación en Occidente. Es seductor que se atrevan, honestamente, a exponer cómo y por qué el quiebre, cómo se mueve la mente y cómo las emociones en determinadas circunstancias son inevitablemente perturbadoras, y es necesario, regresar a un centro de “certeza en un camino” sino se quiere perder el centro de lo obtenido. Es interesante, reabsorber la sombra, y la luz. La muerte y la vida.

Ver el documental te permiterá entender qué efecto puede ejerce la meditación, cómo y por qué es una herramienta útil de vida, más allá de creencias, tradiciones o estructura. La meditación no resuelve ningún problema, no hace “magia”, no es fenomenológica ni ejecuta sucesos paranormales, no “sana enfermedades per se”. Es una cuestión de vibración. De acción molecular, de distancia vs tiempo relativo y materia, exponenciando la velocidad a la que se mueven estos “agregados de tercera dimensión” a otras más lejanas. Meditar es reconocer la vibración de algo llamado Absoluto. Y ser. Estar. Consciente de ambos, de ninguno. De Todo.
Ahora, más allá de las enseñanzas, de hacer resonancia de las transmisiones del linaje, las cuales llevó a cabo y a cabalidad, más allá de lo que Hannah significara para los Kagyu, para los que la conocimos y como fuerza propulsora en el tiempo relativo de acciones concretas y constructivas, descascarilló la semilla hasta que se reconociera su infinitud. Supo hacerles ver a los más atrevidos cómo suspender el miedo a hacer contacto con la fuerza de lo ilimitado, a mantener el “centro interior” imperturbable el mayor tiempo posible en las circunstancias más inverosímiles y aciagas, que no es esa calma o pasividad exterior, esa frialdad, distancia o barrera occidental del ego defensivo, esa del hasta aquí-. No. Ella fungía desde el centro de la mente ilimitada moviéndose cuando ésta se tiene que mover y parándose cuando tiene que pararse. Un péndulo perfecto cuando se conectaba a su fuente. Esta es mi versión de Hannah, y eso está demarcado en su amplia sonrisa. Así de simple. Y de complejo, al mismo tiempo.

Quedan invitados a acercarse al documental, a la meditación, a Nepal, a conocer otras historias, otras verdades, otras posibilidades más allá del sueño de lo ilusorio. Quedan invitados a acercarse a las estructuras, que son fuente necesarias al momento de los aprendizaje, y al destete, cuando no son necesarias.

Colofón:

Salir de allí, de la sala, fue, en cierto sentido, como regresar de Nepal hasta que salí al estacionamiento. Dos eventos sucedieron casi inmediatamente. Dos eventos, en donde se pusieron de manifiesto la sombra grande y la larga, la que es ejercida por la luz al incidir y ser obstaculizada por un cuerpo, y su otro yo, cuando se comporta como sección eficaz. Esa de la que no te libras prácticamente ni el día de la muerte, la tienes que portar contigo, sabértela, acontecerla, Y, las otras, las pequeñas, las colegas, las que pueden subsanarse, o aprender a deleitar, las que se dejan conocer, entender, darse una mano entre sí, hacerlas más funcionales cuando son disfuncionales, con empeño y trabajo interior; eso sí. Mucho. Con disciplina y entereza.
Así de fuerte son ciertas conexiones que se suceden en el espacio-tiempo, ilimitadas, sin fronteras.
Y, tú me dijiste, Hannah en el 2002, once años después del primer encuentro; me dijiste que….Y, yo, allí, parada, junto a tu sonrisa, supe de lo que me estabas hablando. Inmediatamente, instantáneamente. Sin búsqueda.

Gracias, una vez más, Hannah por haber dado tu ser. A todos.
Tashi Delek.-

(Les dejo el link,http://www.hannahthefilm.com/hannah/)